VALENCIA, 17 May. (EUROPA PRESS) -
Los hallazgos arqueológicos localizados en el solar de la calle Ruaya de Valencia han desvelado la existencia de una zona sacra que dataría de la época púnica, de entre los siglos III y IV a.C, compuesta por pozos en los que se han encontrado restos óseos de animales que pudieron ser ofrecidos en señal de sacrificio, pequeños altares e, incluso, una pequeña figura que representaría a una deidad que los arqueólogos tratan de poner nombre.
Así lo ha indicado el jefe de la sección de Arqueología del servicio de Patrimonio Histórico, Albert Rivera, en una rueda de prensa ofrecida junto a la concejala de Cultura, Mayrén Beneyto, y la directora del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración, Carmen Pérez, con motivo de la inauguración de la exposición 'Valencia antes de Valentia. De la Prehistoria a los Cartagineses. Hallazgos Arqueológicos de la calle Ruaya'.
La muestra recoge media docena de piezas extraídas de las excavaciones, como ánforas de Cartago o la pequeña imagen de la deidad cuyo simbolismo está siendo investigado. Asimismo, muestra en dos paneles la importancia de los restos, entre los que se encuentra el utensilio más antiguo hallado en el área metropolitana, un pequeño retocador que data de entre el 10.000 y el 7.000 a.C, una pequeña piedra que habría sido utilizada para preparar utilizado para preparar objetos de sílex.
Esta muestra supone un "aperitivo" de la "gran exposición" sobre este yacimiento que se presentará en cuestión de meses, una vez se hayan estudiado todas las piezas, con el objetivo de dar a conocer a los ciudadanos el "fascinante origen" de la ciudad de Valencia, ha indicado Beneyto.
Los hallazgos de Ruaya han permitido abrir dos nuevos capítulos en la historia de Valencia, al dejar constancia de la existencia de actividad humana en la ciudad y en la huerta mucho antes de la fundación de la ciudad, fijada en el año 138 a.C. y atribuida a los romanos.
Rivera ha indicado que el yacimiento podría haber sido un lugar de culto, con decenas de pozos en los que se han hallado restos de animales como perros o caballos, que podrían haber sido sacrificados, quemaperfumes y hasta un pequeño altar con una imagen de una deidad en terracota. Así, ha indicado que el hecho de que se trate de una zona sacra no quiere decir que haya "grandes templos", sino que en la etapa púnica los templos podían ser pequeños habitáculos hechos por paredes de adobe. "Su valor es histórico, no monumental", ha insistido.
"UNA VALENCIA ANTERIOR A LA QUE CONOCÍAMOS"
Precisamente los arqueozoólogos del IVACOR están estudiando los restos de animales encontrados, mientras que otros técnicos están restaurando las piezas --de Grecia, Italia, ciudades del sur de la Península Ibérica, Ibiza o Túnez-- encontradas para la futura exposición.
El arqueólogo ha apuntado que este enclave pudo ser una zona muy frecuentada, dada la variedad de restos encontrados, y ha agregado: "la globalización no se inventó hace 10 años, en la antigüedad también había, a su manera". Preguntado por si podría haber sido habitado, ha manifestado que en su opinión no, aunque aún se está investigando este aspecto. Por su parte, la máxima responsable del IVACOR ha resaltado el valor de estas pequeñas piezas que "nos hablan de una Valencia anterior a la Valencia que conocíamos hasta ahora".
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