El investigador asociado del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) de Sabadell (Barcelona) Sergio Almécija ha estudiado un fémur de un humano que vivió hace seis millones de años en Kenia, que revela algunos datos que aporta más luz al origen del bipedismo humano.
En un artículo que el paleontólogo ha publicado esta semana en la revista "Nature Communications", Almécija analiza el fémur de 'Orrorin tugenensis', un miembro muy primitivo del linaje humano que vivió hace 6 millones de años en Kenia.
El estudio revela que el fémur de Orrorin presenta una combinación única de caracteres primitivos y modernos, que temporal y morfológicamente se sitúa en el intermedio entre los antropomorfos fósiles del Mioceno y otros miembros más tardíos del linaje humano, los australopitecos.
Según el Instituto Crusafont de Paleontología, el hallazgo supone un importante avance en la comprensión de los orígenes del bipedismo porque contrariamente a lo que muchos investigadores han asumido durante muchos años, los grandes antropomorfos actuales (chimpancés, gorilas y orangutanes) no representan "máquinas del tiempo" vivientes.
Los primates muestran una morfología del fémur que ha evolucionado en direcciones diferentes desde el antepasado común con los humanos, probablemente en relación con la suspensión en los árboles.
La investigación indica que el estudio de la evolución de los antropomorfos del Mioceno (período comprendido entre 23 y 5,3 millones de años antes del presente) es crucial para entender la evolución del bipedismo en los primeros miembros del linaje humano.
Los restos de 'Orrorin tugenensis' fueron encontrados en Tugen Hills (Kenia) y fueron originalmente descritos en 2001, aunque desde entonces se han recuperado más restos que pertenecen a cinco individuos diferentes.
Se estima que pesaba entre 35 y 50 kilos, medía entre 1,1 y 1,2 metros de altura, tenía una dieta basada principalmente en vegetales y frutas y combinaba la capacidad de caminar erguido con la de trepar a los árboles.
El fémur de 'Orrorin' fue originalmente descrito como anatómicamente moderno, muy parecido al de los humanos actuales y, de hecho, algunos autores lo situaron como un ancestro directo de los primeros miembros del género Homo.
Sin embargo, análisis posteriores mostraron un patrón más cercano a los australopitecos, grupo al que pertenece la especie 'Australopithecus afarensis', el espécimen más conocido es 'Lucy', de 3,2 millones de años de antigüedad y que ya caminaba habitualmente de forma bípeda.
El nuevo estudio del fémur de 'Orrorin tugenensis' utiliza técnicas de morfometría geométrica en 3D de última generación que ha revelado una combinación única entre caracteres primitivos y modernos.
Su morfología no es intermedia entre chimpancés y australopitecos (como se asumía hasta ahora) sino entre los antropomorfos fósiles del Mioceno (como Proconsul y Dryopithecus) y los australopitecos.
El parecido de Orrorin con los antropomorfos fósiles y no con los actuales sugiere que el bipedismo evolucionó a partir de un tipo de locomoción practicada por antropomorfos del Mioceno y sin ningún análogo actual.
El estudio del fémur de 'Orrorin' ha sido realizado por Sergio Almécija, investigador de la Stony Brook University (Nueva York) e investigador asociado en el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), conjuntamente con otros miembros del ICP (Salvador Moyà, David M. Alba y Marta Pina), de la Grand Valley State University en Michigan (Melissa Tallman) y de la Stony Brook University (William L. Jungers).
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