Un grupo de arqueólogos se encontraba excavando uno de los edificios (A-5), en el sitio arqueológico de Piedra Parada, cuando registraron que el depósito que cubría el edificio más antiguo contenía ceniza y cuarzo. Era una impresionante figura de barro de un personaje con rasgos felinos en una actitud vigilante y amenazante.
Según el arqueólogo Luis Fernández, quien hizo el registro de la figura con todos sus materiales asociados, esta pertenece a la civilización Caral.
“El contexto arqueológico del objeto, en este caso las cenizas y los cuarzos, indican que la figura fue cuidadosamente depositada. Probablemente formó parte de un “ritual o una ceremonia” de enterramiento. Esta actividad era típica cuando construían una nueva edificación sobre una anterior”, nos señala el arqueólogo Gustavo Espinoza.
La figura de barro no cocido, que fue modelada manualmente y sus detalles acabados con la ayuda de un objeto menor, fue pintada de verde, rojo, rosado, negro y blanco. El personaje tiene la cara roja y el cuerpo verde, y está trepado en un tronco blanco.
El equipo de especialistas de Caral, bajo la conducción de la doctora Ruth Shady, viene analizando la figura para determinar las características materiales, culturales y su contexto e interpretar su significado.
Piedra Parada contiene al menos 18 edificios dispuestos de manera ordenada. El edificio A-5, ubicado en el extremo sur-oeste del lugar, forma parte del subconjunto más importante del centro urbano.
Piedra Parada ha sido invadido por ganaderos, quienes se han asentado sobre los edificios piramidales rompiendo algunos de los muros y pisos, destruyendo las evidencias arqueológicas. Es por eso que la zona arqueológica Caral ha dispuesto en el lugar un pequeño equipo de investigación y ha iniciado charlas a las autoridades y pobladores con el fin de lograr la protección de este importante asentamiento de los orígenes de la civilización
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