Javier Salinas Cesáreo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Dos petates, con una conservación excepcional, que datan del año 100 dC, junto con objetos de cerámica, obsidiana y pedernal, que dan evidencia de las ofrendas y rituales que realizaban los teotihuacanos, fueron hallados dentro del túnel que se ubica debajo de la pirámide de Quetzalcóatl, en la zona arqueológica de Teotihuacán, el cual es explorado a 15 metros de profundidad como parte del proyecto Proyecto Tlalocan: Camino bajo la Tierra.
Para los arqueólogos el hallazgo de los esos petates es único en su tipo en Teotihuacán, ya que nunca se había localizado algo así, por sus características como tejido fino y buena conservación, además de que refuerza la teoría de que al túnel sólo accedían individuos de alto rango social.
Sergio Gómez Chávez, director del proyecto, explicó que los petates fueron encontrados a 52 metros de la entrada del túnel del cual se han excavado 76, en una exploración intensiva que realizan los arqueólogos.
Casi a nivel del piso del túnel fueron hallados los dos petates, uno de un metro por 40 centímetros y el otro de 30 por 40 centímetros, colocados de manera contigua, asociados con al menos 50 objetos de cerámica, obsidiana y pedernal, como vasijas, ollas y cuchillos, entre otros.
“Los petates son de un tejido muy fino, trabajados en una tela delicada; su manufactura excepcional, su estado de conservación es extraordinario propiciado por la humedad del lugar, datan de inicio de nuestra era.
Seguramente los petates y la ofrenda están asociados a gobernantes de Teotihuacán lo que refuerza nuestra teoría. Es emocionante ver los objetos, tal como la persona que los dejó ahí abajo. Aquí en Teotihuacán es realmente extraño encontrar este tipo de fibras textiles, es la primera vez que encontramos ese material, un objeto tan completo, dijo.
Un equipo de restauradores, encabezados por Alfonso Cruz, fue el encargado de extraer los objetos y los dos petates.
Se requirió de una limpieza mecánica con pinceles del lugar, la aplicación de sustancias para protegerlos y darles solidez y finalmente retirarlo.
Sergio Gómez apuntó que en el túnel también fue hallada otra ofrenda importante, consistente en lo que suponen que fueron objetos de madera con incrustaciones de cristal, de roca y jade.
La madera se desintegró evidentemente, pero lo demás está muy bien conservado y vamos a poder hacer la reconstrucción.
Los hallazgos son parte de los trabajos que se realizan en la quinta etapa de excavación del túnel.
Hasta el momento se han excavado 76 metros del túnel de un total de 120 que se piensa explorar. En todas sus temporadas se han encontrado más de 50 mil fragmentos y pequeños objetos de cuentas de piedra verde, cerámica, ollas, jade, serpentina y puntas de flecha y se han extraído unas 800 toneladas de tierra y piedra.
Utilización de un carro-robot
El túnel fue descubierto en 2003, cuando se formó una oquedad provocada por las lluvias, justo frente a la pirámide de la Serpiente Emplumada. Fue hace casi dos años cuando los arqueólogos localizaron la entrada a 12 metros de profundidad.
En la entrada del túnel, los investigadores abrieron una pequeña oquedad y utilizando el escáner tomaron las primeras imágenes del interior y, también por primera vez en la historia de la arqueología mexicana y segunda en el mundo, fue utilizado un pequeño carro-robot para la exploración.
Con la excavación del túnel existe gran expectativa por explorar las dos cámaras laterales halladas y una más que se localiza al final del túnel y donde se podría hallar los restos de los gobernantes o personajes teotihuacanos importantes.
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