En buen estado, las pruebas determinarán su edad, sexo, condición y fecha de enterramiento, entre los siglos IX y XIV
17.08.13 - 00:22 -
JOSÉ F. GALÁN | RAÍCES.
Un miembro del equipo de arqueólogos desentierra cuidadosamente el esqueleto hallado en lo alto del Peñón de Raíces. :: LVA
Los arqueólogos que trabajan en el yacimiento del Castillo de Gauzón han exhumado el esqueleto completo de un adolescente enterrado allí, en lo alto del Peñón de Raíces, hace al menos 700 años, quizá más de mil. Estaba en posición decúbito supino, es decir, acostado boca arriba, con los antebrazos cruzados sobre la pelvis y la cara orientada hacia el Este, el lugar por el que sale el sol, «como si esperara la resurrección. Es el rito funerario propio de la Edad Media», explica Alejandro García, coodirector del equipo que ha sacado a la luz los restos del Castillo de Gauzón, una fortificación cuyos orígenes datan del siglo VII que poco a poco, gracias al trabajo de los arqueólogos, va desvelando algunos de sus misterios, sumidos en las tinieblas de la historia.
El esqueleto se encuentra en un sorprendente buen estado de conservación y su análisis permitirá conocer un poco más sobre la vida de los moradores del Castillo de Gauzón, una fortaleza regia en la que se forjó la Cruz de la Victoria. Lo que está claro, por su tamaño, es que se trataba de un niño o un adolescente -Alejandro García utiliza el término infante- y también que no es el único cadáver enterrado en la zona durante la Edad Media.
Su descubrimiento «prácticamente termina de confirmar que había un cementerio asociado a una iglesia castral (intramuros) consagrada durante el reinado del Alfonso III», que se prolongó desde el año 866 hasta poco antes de su muerte, en 910. «Las crónicas medievales ya indicaban que había una iglesia en el interior del castillo, y durante las excavaciones realizadas por José González en la década de los años setenta ya se había encontrado una tumba. Ahora tenemos un esqueleto completo», añade Alejandro García.
Los restos óseos del infante aguardan, convenientemente embalados, su traslado al laboratorio. «Su buen estado de conservación permitirá realizar una serie de estudios y pruebas que determinarán el sexo, la edad y la fecha del fallecimiento». Y no solo eso, «también las enfermedades que sufrió a lo largo de su corta vida».
Un factor clave en este aspecto será la dentina, tejido dental «que revelará aspectos de su dieta. Así podremos saber si estamos ante los restos mortales de un siervo o de una persona vinculada a la aristocraciade la época», explica Alejandro García, que dirige los trabajos junto a Iván Muñiz. En cuanto a la fecha del enterramiento, la clave es el Carbono 14. «Podría ser desde el siglo IX hasta el XIV», período de 500 años en los que el Castillo de Gauzón se mantuvo activo. Después cayó en el olvido, y lo que cada vez parece más claro que fue la cuna del Reino Astur terminó convirtiéndose en un encerradero de ganado.
Las excavaciones siguen su curso, y se pueden visitar de lunes a viernes, previa reserva. Hay dos turnos, con salida a 11.30 y 16.30 horas desde Raíces Viejo.
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