Foto: @INAH_Mx
Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontraron un adoratorio localizado al sur del Templo Mayor de la Zona Arqueológica de Tehuacán, en Puebla, único por ser dedicado al dios del inframundo, Mictlantecuhtli.
La Zona Arqueológica de Tehuacán se localiza en las inmediaciones del poblado de San Diego Chalma, en la meseta conocida como “La Mesa”, al pie del Cerro Colorado.
En un comunicado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explicó que esta zona fue la cabecera del señorío de Tehuacán, asiento de la cultura popoloca y actualmente no está abierta al público.
Fue en la temporada de campo del año pasado cuando los arqueólogos del INAH, encabezados por Ramón López Valenzuela, descubrieron un muro hundido del adoratorio, a un metro debajo del nivel de la plaza del conjunto ceremonial.
Resaltó que el adoratorio localizado fue dedicado al señor del inframundo, llamado Mictlantecuhtli, y la importancia de este hallazgo radica en que es único en su tipo, “no se ha encontrado otro igual dedicado a la deidad de la muerte”, aseveró el experto.
Su construcción data de mediados del siglo XIV y en sus muros laterales ubicados al oeste y al norte, se encontraron nichos con dos cráneos humanos fijados con estuco, así como cuatro fémures en cada uno, por lo que se le bautizó como el “Templo de las Calaveras”, dijo.
Uno de los cráneos presentaba restos de pintura roja en la boca, por lo que fue relacionado directamente a Mictlantecuhtli, o señor del inframundo, detalló.
Además, en la parte superior del templo se encontraron dos cabezas de cerámica de 30 centímetros, y una de piedra más pequeña, con la imagen del dios de los muertos, además de 300 fragmentos de restos óseos, debido a que en éste lugar se realizaron sacrificios humanos.
Conforme a López Valenzuela, el templo se encontraba en la penúltima etapa de construcción, es decir está inconcluso, debido a que a mediados del siglo XIV la plaza del conjunto ceremonial fue renivelada y su edificación fue interrumpida por la llegada de los mexicas, quienes obligaron a los popolocas a abandonar su ciudad.
Ésta investigación favorecerá la difusión de la cultura popoloca, considerada pieza fundamental en el desarrollo de la mesoamericana, por lo que el arqueólogo consideró pertinente presentar el conocimiento obtenido, anotó el arqueólogo.
Hasta ahora se ha explorado 10 por ciento de las 116 hectáreas que conforman la Zona Arqueológica de Tehuacán, donde se encontró la plaza del conjunto ceremonial, con el Templo Mayor, y el recién nombrado Templo de las Calaveras.
La arqueóloga Noemí Castillo Tejero, de la Dirección de Estudios Arqueológicos (DEA), ha liderado el Proyecto Arqueológico Sur del área central popoloca desde hace 20 años.
En cuanto al Templo Mayor, en 2011 fue encontrada al pie del recinto prehispánico una escultura monumental de la diosa Citlalicue, o “deidad creadora de la vida” o “de la falda de estrellas”.
La escultura tiene una altura de 1.4 metros, un peso de tres toneladas y estaba sepultada a manera de ofrenda, debido a que la edificación fue recubierta con relleno antes de la conquista mexica.
Los investigadores consideraron dos etapas constructivas del Templo Mayor del sitio, que podría significar el respeto como lugar sagrado para los popolocas, mientras que en otras estructuras del conjunto ceremonial de la zona arqueológica identificaron cuatro etapas, que podría significar menor importancia en las deidades.
También se indagó en los palacios que habitaron los representantes de la cultura popoloca, término utilizado por primera vez en 1905 por el arqueólogo Nicolás León.
En los palacios, los arqueólogos hallaron figuras de barro con los brazos cruzados, también llamadas xantiles, con representaciones de dioses como Xipe Tótec, Xochiquétzal, Xochipilli y Quetzalcóatl, identificables por sus colores y atributos de decoración.
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