Los restos podrían datar de finales del siglo I o principios de la segunda centuria.
Las obras de ampliación de unacasa hermandad en Alcalá del Río han sacado a la luz un mosaico de unos 24 metros cuadrados. La hermandad de la Soledad, propietaria del inmueble, está llevando a cabo la intervención arqueológica para poner en valor estos vestigios aparecidos en la zona que será anexionada a su actual sede. No obstante, se sospechaba de su existencia dado que parte del mismo “apareció en la construcción de la casa hermandad en los años 80”, tal y como señalan desde la misma.
Los trabajos en el edificio, ubicado en la calle Coronel García-Baquero, conocida como calle del teléfono, han exhumado dos estancias de una vivienda “que estaría cerca del foro de la que fuera la ciudad romana de Ilipa Magna”, hoy Alcalá del Río, tal y como señala Eduardo Prados, director de la excavación que está ejecutando la empresa Arqueología y Gestión. Aunque está aún por determinar exactamente la fecha de los restos, el arqueólogo apunta a finales del siglo I e inicios del II d.C.
El valor de las piezas radica en “su buen estado de conservación” que deja apreciar los motivos de estos mosaicos polícromos de “gran calidad y minuciosidad en su ejecución”, entre ellos varias aves y una cruz gamada. No obstante, apunta Prados que habrá que esperar a que se finalice la excavación para realizar el estudio que termine de catalogarlo y defina los pasos a seguir.
La pieza, que no está entera, tiene varias partes diferenciadas que dejan patente la evolución de la economía de la casa que la albergaba, según se aprecia la riqueza o sencillez de sus dibujos y su técnica. El paño central de una de las estancias ha sido elaborado mediante teselas de tamaño reducido y con una amplia gama de colores y perfecta ejecución técnica, lo que dota de gran realismo y calidad a las representaciones de perdices y patos. Este conjunto se vería embellecido por la decoración de las paredes, con un zócalo rojo oscuro y motivos morados, verdes y negros sobre rojo en la parte superior, según parecen indicar los indicios.
Según fuentes de la hermandad, “las personas mayores de la calle recuerdan que había mosaicos por la calzada”, los cuales “desaparecieron cuando se instaló el alcantarillado” en la misma en el siglo pasado.
Los técnicos de cultura de la Junta de Andalucía han visitado ya esta excavación y se está perfilando el destino de los restos. La intención de la hermandad es “ponerlos en valor para que sean visitables y los puedan disfrutar todo el mundo”. De hecho, en vista “a que pudiera aparecer algo”, el proyecto de obra “contempla que la planta sea totalmente diáfana y con mamparas en lugar de muros” para facilitar la visibilidad de los mosaicos.
La hermandad espera poder “acondicionar lo mejor posible las piezas” y “velar por su mejor estado de conservación” ya que su intención es “mantener el patrimonio sin importar el tiempo y el coste de los trabajos”. El resto del edificio tendrá fines administrativos, de archivo, despachos, salón de usos múltiples y tienda.
Alcalá del Río tuvo una notable entidad como ciudad desde el período tartésico hasta época romana, cuando llegó a acuñar moneda propia.
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